El amor por el mar y la lucha contra el plástico - UNNI

El amor por el mar y la lucha contra el plástico

La directora de Kyklos, Silvia Olivieri nos cuenta la historia de su marca sostenible y sus motivaciones para sumarse a la lucha contra la invasión del plástico en nuestros océanos, a través de la creación de accesorios hechos con botellas pet.

Me tomo un tiempo para ver el gran problema que enfrenta el océano. Pienso que su situación es irreversible, pero que no puede seguir agravándose más. Con esa convicción decidí emprender la lucha contra los plásticos de un solo uso que terminan flotando en los océanos, así fue que nació Kyklos.

Cuando uno emprende un proyecto lo hace para encontrar un propósito, algo que te inspire: conectarte contigo misma y tus pasiones, sentir amor hacia algo. En mi caso fue el amor por el mar.

Los océanos están llenos de plásticos y nosotros no nos damos mucha cuenta porque vivimos comodamente en nuestro mundo, donde muchas cosas vienen envueltas en plástico. No tenemos idea de todo el trabajo que hay detrás de eso y de dónde proviene todo. Lamentablemente los empaques de muchos productos que usamos están mal diseñados porque no son, ni compostables, ni biodegradables, ni reciclables.

No podemos olvidar que somos parte de la naturaleza, que somos responsables de lo que consumimos y que la sostenibilidad no es una moda, hay que entenderla.

La sostenibilidad se consigue a través de un camino detallado, donde desarrollas las necesidades del presente sin comprometer el futuro. Se debe medir el impacto ambiental y étnico, y solo se logra sostenibilidad si los procesos se hacen correctamente, pudiéndose demostrar o cuantificar.

Durante el proceso de ver cómo mejorar el impacto positivo que podría lograr con Kyklos, empecé haciendo mallas para frutas y verduras para así generar un aporte en el contexto de la Ley de Prohibición de Plásticos de un solo uso, específicamente la restricción del uso de bolsitas para frutas y verduras que están en los mercados y supermercados.

El uso de nuestras mallas en las compras del mercado, reduce directamente el el uso de 150 bolsitas por persona al año. Nuestras frases claves eran “mejorando hábitos. Pequeños actos, grandes aportes”.

En el camino fui conociendo gente muy valiosa, una nueva comunidad de personas que sí toman acción en sus hábitos de consumos, prácticas y en sus mensajes. Investigando sobre el tema de la economía cirular entendí que el reciclaje es el último peldaño de la vida de un producto reciclable, pero que tanto plástico existente que termina flotando en el océano, ya que solo se recicla un 3%.

Decidí utilizar fibras hechas de botellas pet recicladas casi al 100%. Cada producto que confeccionamos está logrando que menos botellas plásticas sigan dando vueltas y terminen flotando en el océano. A su vez, aportamos con los recicladores formalizados que han formado una nueva economía y son de gran ayuda en el aprovechamiento de todos los materiales reciclables.

Hemos concientizado a nuestro equipo a usar cero plástico en los procesos, utilizar lo menos posible de accesorios y reutilizar cualquier desecho que generemos, siendo creativos y prácticos.

¡Imagínense si todos tuviésemos la misma meta! Crearíamos un gran impacto. Nuestro reto es poder llevar este mensaje a nuestros clientes y a nuestra comunidad.

Nada de esto es ajeno a nadie, compartimos el mismo planeta y debemos mejorar nuestros hábitos. No tienen idea de lo feliz que hace a un ser humano estar conectado con lo que podemos aportar. Debemos saber que todo genera un impacto, y que mientras existan alternativas de productos cuyos procesos sean correctos y coherentes con la economía circular, más debemos concentrarnos en ello.

¡Lo que consumes debe volver a la tierra y debe existir una reciprocidad con lo que la tierra nos da!

  

Silvia

Directora de Kyklos

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